Mudarse a Dublín suena emocionante, sí, pero antes de buscar los mejores pubs, los acantilados o descubrir su acento tan caracterísitico, toca resolver lo más básico: dónde vas a vivir. Y no, no todos los barrios encajan igual. Hay zonas que son puro movimiento, otras más tranquilas, algunas llenas de gente joven y otras donde todo cierra a las seis. Si tienes pensado mudarte o acabas de aterrizar en la ciudad, elegir el barrio adecuado puede hacer que todo fluya o que te preguntes cada semana si deberías haberte ido a otro lado. Transporte, ambiente, precios, distancia al centro y ese “no sé qué” que tiene cada zona… todo suma. Así que, si estás buscando un rincón en Dublín donde sentirte un poco más en casa desde el primer día, aquí van algunas ideas que te pueden ayudar a decidir.

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Rathmines

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Si Dublín fuera una universidad, Rathmines sería ese amigo que siempre tiene plan, pero también saca buenas notas. Es un barrio que mezcla gente de paso con locales de toda la vida, lleno de casas tipo victoriano reconvertidas en pisos compartidos, y con todo lo que necesitas a mano: un par de supermercados grandes, cines que parecen salidos de otra época, cafeterías donde nadie te mira raro si sacas el portátil y pubs que se llenan cualquier noche de la semana. Está a diez minutos en bus del centro, pero mucha gente va en bici o caminando. El alquiler sigue siendo caro (como en casi todo Dublín), pero algo más asumible si lo comparas con zonas céntricas. Es tu barrio ideal si te gusta vivir en un sitio con movimiento pero no en medio del jaleo turístico.

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Ranelagh

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Justo al lado de Rathmines, Ranelagh es como su primo más ordenado. Aquí todo es un poco más bonito, más tranquilo, más caro también. Es residencial sin ser aburrido, con casitas alineadas, calles llenas de árboles y muchos sitios para tomarte un brunch o un vino sin tener que irte muy lejos. Hay parada de tranvía que te deja en el centro en unos minutos, y el barrio tiene ese equilibrio entre vida de barrio y ciudad. Si prefieres un ambiente más relajado pero con su punto chic, Ranelagh puede encajar contigo.

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Drumcondra

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Al otro lado del río, más al norte, Drumcondra no intenta impresionar, y quizá por eso es uno de los más solicitados. Es uno de esos barrios donde aún quedan panaderías de las de siempre, donde puedes desayunar por menos de cinco libras y donde la gente te devuelve el saludo. Tiene muchos servicios cerca, parques para desconectar, y además es zona de paso de varias líneas de autobús, lo que lo convierte en una base práctica para moverse por la ciudad. Hay quien dice que es un barrio tranquilo, pero no aburrido, lo cual tiene su punto. El precio del alquiler aquí suele ser más llevadero, y si compartes piso, te puede salir muy bien.

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Phibsborough

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Phibsborough (sí, se pronuncia “fibzbra”) es de esos barrios que están a medio camino entre lo de toda la vida y lo nuevo. Tiene pubs antiguos donde se ve el fútbol y se habla alto, pero también cafeterías con baristas que te explican de dónde viene el grano. Está cerca del centro, pero no tan cerca como para que sea agobiante. Es una zona en la que se respira comunidad, hay mezcla de edades, y los alquileres todavía no se han disparado tanto como en otros sitios. Si te gustan los sitios con identidad propia, que no intentan copiar a nadie, tienes que echarle un ojo a esta zona.

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Temple Bar y alrededores

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Temple Bar es ese barrio que todos conocen aunque nadie viva ahí. Está en el centro-centro, con sus calles tradicionales, sus pubs con música en vivo desde las tres de la tarde, sus turistas con pinta de estar de despedida de soltero y sus precios que no perdonan. Vivir aquí puede ser como estar de Erasmus eterno, con ruido, fiesta y movimiento sin parar. No es para todos, pero si te va la marcha y quieres estar en el meollo, puede que te encaje… o que te agote a la semana. Consejo: si te gusta la zona pero buscas un poco más de paz, prueba barrios céntricos cercanos, que tienen lo bueno de Temple sin tanto volumen.

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Smithfield y Stoneybatter

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Estos dos barrios al noroeste del centro se están convirtiendo en el plan B favorito de mucha gente que quiere estar cerca de todo pero pagar un poco menos. Smithfield tiene muchos apartamentos nuevos, una plaza amplia donde a veces hay mercadillos o conciertos, y bastantes locales modernos, pero también muchos tradicionales. Stoneybatter, justo al lado, tiene un estilo más alternativo, con restaurantes pequeños, tiendas multimarca, panaderías artesanas y hasta librerías donde puedes tomar café. Todo a distancia caminable del centro, con buen transporte y un ambiente bastante joven que no necesita etiquetas. Si buscas un sitio con carácter, pero que no se tome demasiado en serio, estas dos zonas pueden ser tu sitio.

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Al final, elegir barrio en Dublín no es solo una cuestión de mapas y alquileres, también es pensar dónde te vas a sentir cómodo llegando a casa al final del día, dónde te vas a cruzar con gente afín, o dónde te apetece tomarte un café sin tener que caminar media hora. No hay un sitio perfecto para todo el mundo, pero seguro que hay uno que te encaja más que el resto. Así que date una vuelta, pregunta, curiosea y fíate un poco de tu instinto. Dublín tiene rincones para todos los gustos, solo hay que encontrar el tuyo.